Fue la noche soñada para Bruno Leyes, el volante central categoría 2001 que anoche jugó su primer partido en Primera portando el escudo de sus amores. Fue incansable en la mitad de la cancha, llegó al área rival más de una vez y anotó el gol del empate transitorio. De película.

Cuenta la historia que siendo muy chiquito, un entrenador fue a buscar a un jugador de un club barrial que la rompía. Cuándo hablaron con el responsable del menor accedió sin problemas sumar a la joven promesa a las filas de Godoy Cruz pero puso una condición.

Junto al futbolista que habían observado en las canchas polvorientas de las barriadas godoycruceñas, llegaría un primo más chiquito que iba a todos lados con ellos y era imposible que el mayor llevara a los niños a dos clubes diferentes, sobre todo por razones de tiempo y dinero.


Así llegó Bruno Leyes al club, siendo muy chico y acompañando a un familiar que era mirado por todos. Se esforzó, trabajó sin descanso y finalmente fue él quién logró llegar a Primera y anotar un gol besando el escudo que tanto quiere.

Anoche fue la rueda de auxilio permanente de Nelsón Acevedo, cortó, jugó y tuvo una efectividad del 78% en los pases. Llegó tres veces al arco rival con chances claras de marcar y acertó en una. Noche redonda para otro producto genuino del Predio de Alto Rendimiento de Coquimbito, otro hijo de la cantera tombina que llega a Primera y no se achica.